lunes, 1 de octubre de 2012

Una historia cortita.


Federico tenía siete años, pero en tres días cumpliría ocho. Planeaba su fiesta de cumpleaños, llena de globos de colores, comida rica y  sus amigos en el  pelotero de enfrente de la plaza.
Cuando llego la hora de soplar las velitas mientras todos le cantaban el feliz cumpleaños, se concentro y pidió sus tres deseos. En realidad, pidió el mismo deseo tres veces:
Un hermanito, un hermanito, un hermanito.

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