viernes, 5 de septiembre de 2014

Cerati

Ayer fue un día intenso, confuso y agotador. Lo último que me faltaba a mí era perder la esperanza de que el genio dormido un día iba a despertar.
Su música me interpelaba: me hacía frenar en seco, se me metía dentro y nada volvía a ser igual en mí.
A modo de homenaje, voy a escucharte toda mi vida.
Tu ciudad de la furia, y América Latina entera están de luto.
Gracias vida, por permitirme encontrarme en su obra. 

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