El libro de la tapa azul

Ya nos habíamos mandado unos cuantos mails,pero la primera vez que chatie con ella me empezó a contar super entusiasmada que se iba a dormir temprano para leer un libro que le había recomendado un librero en Buenos Aires, la última vez que había venido para acá.

Yo le conte que estaba leyendo en inglés, pero estaba tan entusiasmada que cuando me termino de contar que le encantaba lo que leía porque estaba escrito parecido a Cien años de soledad de Garcia Marquez. Pregunto: "¿vos que estás leyendo?"

Yo hace dos días había empezado a leer un libro que hace muchos años me había prestado una amiga de esos tiempos en castellano, a el mio lo había comprado tres o cuatro años después de ese verano que lo leí de un tiron. Estaba en inglés, y era el primer libro que compraba en ese idioma sin que ninguna maestra me mandara a hacerlo. No lo había leído nunca al libro de la tapa azul, porque pocos meses más tarde compre, también en inglés el libro que contaba el final del cuento. Cuando lo termine, creí que había terminado una etapa, creí que ya había crecido, estaba grande y los guarde con mis otros libros.

Entonces le conteste timidamente: " El quinto de Harry Potter" pensando que me iba a contestar que no le gustaba, que era demaciada fantasia y que se yo cuantas cosas más pense en un segundo.
Pero no. También los había leído, un poco más grande. Incluso lamento no haberlos leído de chica y haber crecido con ellos.

A mi me toco crecer con él, porque por más historia fantasiosa que sea su personaje principal es terriblemente humano. Lo leí desde el 2002 hasta el 2010.De tirón.
Representa todo lo que viví en esos años, desde la separación de mis papás hasta la pelea que marco que me dejara de hablar con la amiga con la que lo había leído siempre, con la nos poníamos en 7mo una foto de harry abajo de las pruebas de lengua para que nos diera suerte, con la que nos imaginabamos los finales.

Sentí ese dialogo super cercano, toda esa emosión que leía con la que me contaba lo que significaba para ella y no pude no decirle que parecía de 24 como yo.
Hace mucho que ya no tenía con alguién esa complicidad que experimenté al hablar de Harry con ella.
Fue inevitable no sentir que lo habíamos leído a la par.
Gracias, no me daba cuenta pero extrañaba un poco todo eso.